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¿Qué causa depresión en las personas con epilepsia?

Actualizado: 23 jun 2021

Esta vez voy a hablar sobre un tema de suma importancia, en el que considero que tengo aún más experiencia y que debemos buscar solución inmediata. Me refiero a: La Depresión.



La discriminación y la estigmatización social que rodean la #epilepsia en algunos lugares son a menudo más difíciles de vencer que las propias convulsiones. Quienes padecemos de epilepsia podemos ser objeto de prejuicios. La estigmatización de la enfermedad puede hacer que los afectados no busquen tratamiento para evitar que se los identifique con la enfermedad. Grave, ¿no?.


La depresión es más frecuente en los pacientes con epilepsia, siendo este un 30%, que en la población general con solo 15%. Según estudios, la depresión es más frecuente en la epilepsia de difícil control, es decir, con crisis persistentes, que en

la epilepsia bien controlada.


Esto sucede porque, la calidad de vida es mejor cuando se está libre de crisis. Pero, cuando las crisis no se pueden controlar por completo, la calidad de vida se relaciona más con la depresión que con el número de crisis.


Pero la gran pregunta es...

¿Entonces qué causa la depresión?


Como muy bien saben, tengo epilepsia desde hace 15 años pero además sufrí de depresión por un tiempo, pero realmente lo estaba, tanto así que mi doctor me remitió, no a un psicólogo sino a un psiquiatra. Al final, no dure ni una en su consultorio porque la doctora resulto más loca que yo, pero ya eso se los contaré en otra ocasión.


Lo que trato de decirles es que según la experiencia que he adquirido en este tiempo me di cuenta de que existen 3 causas por las cuales una persona con epilepsia puede sufrir de depresión.


#1 Controlar nuestras acciones


Hace unos meses estuve leyendo una historia de una chica donde explicaba que era vivir con epilepsia y ella resaltaba que su mayor detonante de depresión era no tener el control de sus acciones.


Ella explicaba que sufría de crisis de ausencia y que a veces, mientras se le presentaba una episodio, se quitaba los zapatos y llegaba al punto de desabotonarse la camisa y que al reaccionar no tenia conciencia de nada.


Hasta que leí esto, no me di cuenta que está era la principal causa. A la mayoría de las personas les gusta sentir que son capaces de controlar sus acciones (y algunas hasta las de otros). Saber que no siempre eres capaz de controlarlas repercuten negativamente en nuestras relaciones, desempeño profesional y hasta en la confianza de uno misma y en los demás.


#2 Efecto adverso de los fármacos


Esto ya lo había mencionado en uno de mis pots anteriores pero no esta de más repetir que algunos de los antiepilépticos parecen contribuir negativamente y esto pasa por los efectos secundarios. He escuchado de personas que se quejan de que después de empezar con determinada medicación, como Levetiracetam (Keppra) o Topiramato, ya no se sienten o se comportan igual.


Esto también depende mucho de la persona, por ejemplo yo tomo desde hace mucho Topiramato y siento que me ha ido muy bien o tal vez por eso me mandaron al psiquiatra... ¿quién sabe?


#3 Pena ajena


Sí, así como leen, pena ajena. Lo que sucede acá es algo más que todo de cuestionamiento. Cuando vemos a nuestros familiares o amigos más cercanos: apenados, con miedo, llorosos, que reflejan preocupación. Vamos a sentir que estamos haciendo algo mal cuando en realidad no es así. Empezamos a preguntarnos si tenemos la culpa de lo que nos está pasando, de la típica pregunta ¿por qué a mi? ¿por qué no pude ser un niño, un adolescente, una persona normal?


Pero ¿por qué sucede esto? ¡por inseguridades!. Si empezamos a sentir ese reflejo dentro nuestros hogares comenzamos a crear inconscientemente incertidumbres e inseguridades, y a la hora de enfrentarnos con el exterior, ya sea el área laboral, de estudios, en las relaciones, el hecho de llegar a un lugar y decir "tengo epilepsia" y sentirnos juzgados.


Por eso, en muchas encuestas se ha demostrado que las personas que padecen de epilepsia, en algunas ocasiones, prefieren omitir que tienen esta condición o que han sufrido de una convulsión. Si nos inculcaran que somos capaces de hacer todo lo que nos propongamos dejaríamos de cuestionarnos, de sentir pena ajena y no nos sintiéramos tan afligidos por nuestra condición. Como dice una canción que escuche hace poco, "no importa cuanto tardes en llegar a la meta, lo importante es llegar."


Si usted o alguien que conoce ha experimentado algo parecido a lo que se ha descrito en este artículo, o han perdido la conciencia por cualquier razón, es importante que visite a su médico para que se oriente acerca de lo que puede hacer para ayudarle a aliviar sus síntomas.

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