Desde que anuncie que estoy embarazada muchas de ustedes empezaron a hacerme preguntas acerca de ello. Es por eso que, a través de este post, les vengo a contar cómo ha sido mi travesía en esta nueva etapa de mi vida teniendo epilepsia.
Antes de empezar, quisiera aclarar que todo lo que leerán en este post esta basado en mi experiencia hasta ahora.
Les debo confesar que cuando me enteré que estaba embarazada no supe si alegrarme o preocuparme, ya que, no estaba entre mis planes primordiales quedar en cinta. Sin embargo, ya estaba consultando con mis doctores que pasaría en caso de que esto sucediera por eso creo que esto no me aterro como creía que sería hace algunos años atrás.
¿Por dónde empiezo?
Me hice una prueba casera luego de que mi periodo estaba tardando en llegarme y esta salió positiva. Llevaba un par de semanas sintiéndome muy cansada y con sensaciones extrañas pero estas las asociaba a la epilepsia. Dos días después de esto, mi ginecólogo efectivamente me confirmó, con 5.6 semanas de gestación, que estaba ahí creciendo en su saquito mi bebé.
Todo transcurrió perfectamente hasta que cumplí las 8 semanas de embarazo, aparecieron las nauseas y los vómitos, (y debo recalcar que a mí me dieron exageradamente fuertes, no toleraba ni el agua) pero estaba tranquila ya que mis doctores me aclararon que esto era sumamente normal en cualquier embarazo.
Obvio me preocupaba el tratamiento que tenía en ese momento porque una de las pastilla que tomaba hace daño en el embarazo, así que, mi neurólogo procedió a hacerme un cambio en mis medicamentos. No les voy a mentir que no me asusté con la idea, pero mi mentalidad en este momento es mantenerme lo más tranquila posible y no complicarme, ya que es peor para mí y el bebe estresarme porque eso sí afecta de manera negativa mi embarazo.